Bilbao. Vista de El Arenal, siglo XVIII. Luis de Paret. Museo bellas artes de Bilbao

Entorno histórico-político

Algunos de los convulsos sucesos políticos que afectaron a Europa en el final del siglo XVIII, marcan el ritmo de Siete cuerdas, no en vano la narración comienza al tiempo en que el rey de Francia, Luis XVI es ejecutado.

En este contexto, Gilles y Louis, dos músicos virtuosos de la viola da gamba, iniciaran el errático viaje de sus vidas partiendo desde una aldea a los pies de los pirineos, pasando por París, Viena, Baiona y Bilbao, participando activamente en los acontecimientos políticos de su tiempo. Convencidos republicanos como son, su pasión por los ideales revolucionarios se verá en ocasiones enfrentada a su devoción musical. No les será fácil tomar partido.

Y claro, para que todo este entorno histórico cobre fuerza en la narración de Siete cuerdas, ha sido inevitable que parte de sus verdaderos protagonistas, se conviertan también en personajes de la novela.

Tras la ejecución del rey los acontecimientos se precipitan. Francia que ya era acosada por las potencias europeas, temerosas de que los ideales revolucionarios se extiendan mas allá de sus fronteras, recibe la declaración de guerra por parte del reino de España.

La llamada guerra de la convención (1793-1795) se inicia en una primera fase con victorias españolas, pero será un año después, cuando una leva masiva en Francia de un giro drástico a la situación.

La república francesa no solo resiste los ataques por sus fronteras, si no que como en este caso, al margen de combatir a lo largo de un frente de guerra tan extenso (desde Gipuzkoa hasta Girona) se interna en el territorio de sus agresores.

Fue una autentica guerra de desgaste que en 1795 ya poco podía aportar a los contendientes. Aunque las tropas republicanas conseguían avanzar en territorio enemigo, los gastos por afianzar su control y defensa suponían una sangría constante para sus arcas. Finalmente en el verano de 1795, se negocia la paz y la república francesa es reconocida como tal por la corona española

Aunque en el extremo oriental de los pirineos, en Catalunya, la guerra cobró tanta o mas fuerza que el occidente, la acción de la novela nos conduce a dedicar especial atención a sus escenarios en territorio vasco.

Baiona, por su cercanía a la frontera, se ve amenazada por un frente de guerra que se le echa encima.

Las fuerzas republicanas no han logrado librarse de la amenaza de los nostálgicos del anterior régimen, quienes conspiran y suponen una seria amenaza al tiempo que las tropas españolas, ahora en el inicio de la contienda, amenazan con tomar esa ciudad. Pero a la amenaza de un ejército enemigo o de conspiradores, se le suma a la república otro problema en esos territorios, y es que la revolución no se ha sabido ganar el apoyo de los vascos del sur de Francia, a quienes algunas reformas, supondrán un serio ataque a su propia idiosincrasia. Su lengua se ve atacada, al tiempo que se desdibuja el carácter vasco de su territorio, conformando nuevo ordenamiento jurídico.

La abolición del mayorazgo por ejemplo, la eliminación de tierras comunales, entre otras medidas conducirá a una fragmentación de las propiedades que serán menos productivas y a futuro cambiarán de dueños, siendo la burguesía la gran beneficiada. Esas medidas, unidas a otras, provocan la animadversión hacia el nuevo orden entre una población, que ahora con la declaración de la guerra, no se ve motivada para movilizarse y lanzarse a la lucha contra sus vecinos del sur.

El suceder de los acontecimientos, desembocará en la lamentable y masiva deportación de miles de ciudadanos vascos hacia Las Landas. Varias localidades fueron declaradas “infames” por el gobierno de la república desposeyéndolas de sus pobladores, quienes separados en grupos de hombres, mujeres y niños, sin consideración de los vínculos familiares, iniciaron un penoso éxodo a pie en el que cientos de ellos perderían la vida. Su destino sería la reclusión en penosas condiciones para finalmente ser diseminados por distintos territorios de la república.

En cambio, en los territorios vascos bajo la jurisdicción de la corona española la situación es otra, aunque también se mostrarán desavenencias con la guerra, pero por distintos motivos.

En 1794 las tropas republicanas tomarán Gipuzkoa y la legada del invierno detendrá su avance ante un frente que se establece en la frontera con Bizkaia. Una linea defensiva que de norte a sur se inicia en la costa. Curiosamente será este mismo frente desde el que se intente repeler el avance de la tropas franquistas en la guerra civil española, casi siglo y medio después.

Retorcidas coincidencias de la historia.

Una parte de las autoridades guipuzcoanas, muestran simpatías hacia los ideales de la revolución, una condescendencia que se instala también en las mentes mas progresistas, que ven con la llegada de las tropas republicanas, la posibilidad de alcanzar mejoras sociales y políticas. Lo contradictorio es que tales ideas, llegan a lomos de una guerra, por lo que esos sentimientos de afinidad se verán contrapuestos con otros de traición o lealtad a la corona y al orden social imperante.

Las consecuencias de la guerra para Gipuzkoa y Bizkaia, serán desastrosas, suponiendo una grave crisis económica.

Poco antes de que la guerra concluya, esta llegará a Bilbao, para entonces por el relato de Siete cuerdas, habrán desfilado las deserciones, la rebeldía y oposición a la guerra de algunos pueblos negándose a reclutar hombres para la lucha, pero también la parte mas ruin de cualquier sociedad, en la que los mas privilegiados consiguen eludir su participación en la contienda, en detrimento de las clases mas humildes.

Blibao siglo XVIII.Editado Huquiers Fils, París. Museo vasco Bilbao.

(…) En San Miguel de Basauri había más hombres aptos para acudir a la guerra que los que la diputación de Vizcaya solicitaba como cupo, es por ello que se establecieron turnos que eran renovados cada mes, de tal manera que los que hubiesen quedado ese mes exentos de ir a prestar el servicio de armas deberían al mes siguiente sustituir a otros. El sistema, que parecía sencillo, se complicaba cuando llegaba la fecha de disponer qué hombres conformarían el siguiente reemplazo destinado al frente. Quienes podían ejercían su influencia en el propio ayuntamiento, bien fuese por amistad, tratos de favor, argumentando indisposiciones, sobornando o pagando a terceros para que ocupasen por ellos su destino.

Martín asistía a una distancia prudencial al altercado en el que un par de alguaciles intentaban poner orden entre algunos soliviantados vecinos que protestaban por aquel trato desigual.(…)”

Entorno musical

El siglo XVIII, época de tránsito entre dos movimientos culturales como el Barroco y el Clasicismo, representa un momento muy importante en la historia de la música, tanto por el prestigio y calidad de gran parte de sus compositores ( Bach, Haydn, Vivaldi, Mozart, Haendel…) como por los avances en la evolución de los instrumentos, que afectaría a la configuración de la orquestas.

Haydn dirigiendo un cuarteto de cuerda. StaatsMuseum, Viena.

Aparece el clavicordio, se perfecciona el piano que cada vez tendrá un empleo mayor, y nacen formas musicales nuevas, como la ópera cómica, el concierto, la sinfonía, la sonata para piano o el cuarteto para cuerdas.

Pero lo mas importante es que la música se vuelve tremendamente popular. Sale de representaciones privadas en palacios, iglesias, siempre dedicada a un reducido y selecto público aristocrático, para hacerse pública y cotidiana en los teatros.

Las partituras de los grandes compositores viajan por todo el continente, lo que hará que incluso estos compositores, viajen a las mas importantes capitales, llevando su música por los cada vez mas numerosos teatros.

El poder de seducción de la música ya es imparable, y paralelo a todo esto, surgirá la crítica periodística en revistas musicales, dirigidas tanto a sectores mas populares, como a otros mas especializado. Lo mismo que sucede hoy en día.

Curiosamente aparece también un empeño por “explicar” la música, tanto desde el el terreno técnico, científico o incluso filosófico. Cualquier estado de ánimo, puede encontrar su reflejo en una composición musical.

«(…) —¿Y qué te queda después de esta interpretación? —me preguntó un día tras obsequiarme con una breve pieza de violín. No supe responder, por ello siguió insistiendo—. Sabes a lo que me refiero, mira en tu interior: ¿qué es lo que queda en ti después de la música? Cuando te vas por esa puerta, ¿qué queda de ella en ti?

Busqué seriamente una respuesta y me di unos segundos para ofrecérsela. A pesar de mi corta edad, había aspectos en nuestra relación que superaban sin dificultad la barrera de los años que nos separaban.

—Un recuerdo, solo eso, un recuerdo que se vuelve triste cuando la olvido.

Estoy seguro de que en aquel momento Louis esperaba por mi parte una respuesta contundente. Las palabras que después vinieron me convirtieron para siempre.

—¿Y no te parece cruel? Las obras de cualquier otra disciplina del arte, un libro, un cuadro, una escultura, perduran por los tiempos para ser admiradas, pero no ocurre lo mismo con la música, porque no podemos capturarla cuando flota en el aire. La música es un viento que se aleja, y lo mismo que vendrán otros vientos, vendrán otras músicas, pero nunca serán las mismas.

Entonces sucedió, había dado con la clave que me haría descubrir el sentido por el que conducir mi vida. (…)»

La música en la novela

La folia

Centrados en la particular ambientación musical de la novela, hay un aspecto a destacar, y es la presencia a lo largo de todo el relato, de una particular composición de origen muy antiguo, estamos hablando de la “Folia”.

La Folia no se trata de un tema concreto, si no mas bien de una pieza, que en distintas versiones ha ido perviviendo a lo largo de los siglos y que presenta variaciones en función del compositor que le dedicase su talento. Es también por su estructura, una composición abierta a la improvisación, motivo por el que esa estructura musical, aparecerá en distintas obras.

Su origen es un tanto difuso, se cree que aparece a finales del siglo XV como música de una danza y desde entonces, ha ido sufriendo variaciones en función de los gustos de la época, adaptándose a distintos instrumentos, formaciones musicales, acaparndo la atención de grandes compositores como Antonio Martín y Coll, ArcangeloCorelli, Saint Colombe, Marin Marais, Bach, Haendel,Vivaldi… la lista se extiende a lo largo de la historia de la música.

Su fácil melodía, la belleza de la sencillez de sus acordes son una referencia a lo largo de la narración de Siete cuerdas.

Los protagonistas de la novela, rendidos a esta composición, recurrirán a sus violas revelando su particular manera de percibir los sones de la Folia. Unas veces serán alegres y vivaces, otras melancólicos, otras graves, furiosos…

«(…) Y así solían terminar aquellas reuniones, que en la mayoría de ocasiones se adentraban en la noche, con los sones de la viola de Louis, de tal manera que una tarde el músico les habló de una melodía tan antigua como maravillosa, unos sones interpretados a lo largo del tiempo y a los que un buen número de compositores se habían rendido desde el medievo, adaptándolos en diferentes variaciones a sus propias composiciones.

—Y… Louis, ¿nos deleitaría con una Folia? —sugería Hernando antes de dar por concluido el encuentro de aquel domingo.

Entonces el singular sonido de la Folia, una composición que para Hernando portaba según el día y de la manera de interpretarla distintas proporciones de melancolía y alegría, que no eran otra cosa que su estado de ánimo revelado en la música, se descolgaba por entre el arco y las siete cuerdas de la viola.

Si realmente existiese un Dios, pensaba el presbítero, aquel sería el sonido de la propia divinidad, pero ya no se resignaba a engañarse, porque aquella música era exclusivamente obra de los hombres.

A su término y tras despedirse de los reunidos, se marchaba tarareando entre dientes una melodía que pronto olvidaría, se recogía hacia su casa para, tras cerrar la puerta, recuperar su vida de miedos.(…)»

Sonata "La Follia" Op. 1 nº12 RV 63, (1705) - Antonio Vivaldi (1678 - 1741)

Arcangelo Corelli - Folia

Jordi Savall -Folias de España

La séptima cuerda

Uno de los compositores que mayor influencia tendrá en los protagonistas de la novela, por la dedicación de estos a la viola da gamba, es Marin Marais (1656-1728), tanto es así, que uno de ellos, el mas joven, adopta para si mismo la imagen del músico, tal cual podría hacer hoy en día cualquier muchacho con el aspecto de sus ídolos musicales.

Marin Marais, fué discípulo de otro grandísimo compositor como Sainte-Colombe, a quien precisamente se le atribuye la inclusión de la séptima cuerda en la viola da gamba.

Ahí están precisamente las siete cuerdas que dan nombre a esta novela.

Sin valorar si el alumno superó al maestro, lo cierto es que las composiciones de Marin Marais, se hicieron muy populares, llegando este artista a ser músico de la corte de Luis XIV de Francia.

Dentro de los distintos tipos de violas que hay, la viola da gamba, es decir viola de pierna, toma su nombre de la palabra italiana “gamba” por ser entre las piernas donde se sitúa este instrumento de cuerda, la mayoría de las veces para ser interpretado.

Precisamente por esa posición, es un instrumento que se toca con un arco, pero también con los dedos, en una postura similar al que se toca una guitarra.

Es por tanto un instrumento similar al violonchelo, también a la guitarra, y puede tener seis o siete cuerdas. Aunque fue tremendamente popular, lo cierto es que a finales del siglo XVIII su presencia en las representaciones casi había desaparecido.

Este relegarlo al ostracismo, pudo ser a consecuencia de la irrupción precisamente del violonchelo, de una sonoridad mas rotunda, o de curiosamente relacionarlo directamente a una época pasada, (este es un siglo de cambio de mentalidad, el siglo de la Ilustración) mas relacionada con el antiguo régimen, por el éxito de este artilugio en las representaciones musicales en las cortes europeas.

Así que en Siete cuerdas, nuestros protagonistas no solo rinden culto a una particular composición como la Folia, son en cierta medida, custodios de un instrumento que se va viendo apartado de las representaciones musicales.

Hoy en día, su presencia no es muy habitual en la mayoría de las orquestas, pero grandes intérpretes, especialmente los que dedican su esfuerzo a la recuperación de la música antigua, recurren a él frecuentemente, convencidos de que es el único instrumento capaz de alcanzar los registros mas similares a la voz humana.

Extracto del film "Todas las mañanas del mundo" (Alain Corneau, 1991). Escena donde monsieur de Sainte - Colombe interpreta a la viola da gamba.

Escena del film "Todas las mañanas del mundo" (Alain Corneau, 1991). Marin Marais improvisa una Folia ante su mentor monsieur de Sainte - Colombe.

El estreno de una ópera

Por otro lado, la presencia en la novela del estreno de La flauta mágica, obra de Wolfang Amadeus Mozart, no es casual. Se trata de un episodio que transcurre paralelo a la ficticia acción de la novela y como no podía ser de otra manera, dada la calidad como intérpretes de nuestros protagonistas y de encontrarse precisamente en Viena, (si a finales del siglo XVIII había un centro del mundo de la música, este era Viena sin duda) es lógico que formen parte del la orquesta que aquel 30 de septiembre de 1791 participó en el estreno de la que sería a la postre la última ópera de Mozart.

Tanto el compositor, como su amigo el empresario teatral Emanuel Schikaneder, se encontraban en una apurada situación económica. Ambos pusieron todo su empeño en el estreno de esta obra con el objetivo claro de que fuese muy popular y rápidamente recaudar dinero. Mozart se ocupó obviamente de la parte musical y Schikaneder estuvo a cargo del libreto de la representación, participando él mismo el día su estreno, dando vida uno de sus personajes principales, al igual que lo haría la cuñada de Mozart, Josepha Hofer, entre el resto de reparto de actores.

El compositor, que interpretaría al piano, dirigiría también desde este la representación.

Críticos musicales e historiadores, debaten unos la influencia masónica (Mozart y Schikaneder lo eran) que esconde el argumento de La flauta mágica, mientras que otros simplemente la comparan con un cuento de hadas.

En cualquier caso de lo que no hay duda, es que Mozart reflejó en su obra, sin dejar de lado el humor, un mundo mágico y cautivador, incluyendo las que a la postre serían algunas de sus mas conocidas piezas musicales, y de mas dificultad para su interpretación, como sucede con el aria de la Reina de la noche.

Con una discreta acogida al principio, esta ópera iría cobrando fuerza hasta alcanzar un éxito rotundo.

Este estreno, representará en la acción de la novela, uno de los momentos clave en la resolución del “enigma” que a lomos de la narración de Siete cuerdas, arrastran sus protagonistas.

Mozart, sin percibir el aprecio de sus contemporáneos por su genialidad y gran parte de su obra, fallecería dos meses después, Aún no había cumplido los treinta y cinco años.

Y entonces si, entonces los ecos de su éxito comenzaron a multiplicarse, y no han cesado hasta hoy, situándolo en la cima de la genialidad de los mas grandes compositores de todos los tiempos.

Extracto de "La flauta mágica" (W.A.Mozart)-Canción de Papagemo

Extracto de "La flauta mágica" (W.A.Mozart"-Aria de "La reina de la noche"

Los personajes

Tanto los personajes surgidos de la imaginación del autor como los que tuvieron una existencia real, componen un elenco con el cual, es obligado mantener cierto rigor para no caer en situaciones imposibles y fuera de su contexto histórico.

Exceptuando a un par de estos personajes “reales” cuyas existencias cobraron merecida fama, el resto manteniendo sus auténticas identidades, son poco conocidos o totalmente anónimos.

Tales figuras, llegan a la novela a consecuencia de la labor de documentación. En dicho proceso, al indagar por ejemplo sobre qué agrupación musical tenía relevancia en Bilbao en las fechas que transcurre el relato, quedan al descubierto las identidades de los integrantes de la capilla de música, y algunas anécdotas sucedidas entorno a su labor. Lo mismo sucede con los miembros de la corporación municipal, o en los sucesos de Baiona al tener conocimiento de su violencia y protagonistas.

Todo un reto encajar sucesos constatados y a algunos de sus protagonistas, en una ficción histórica.

Relación de personajes ficticios e históricos (en negrita)

Protagonistas

Louis, músico que ronda la cincuentena y que domina la interpretación de varios instrumentos. .Es un virtuoso de la música. Originario de una pequeña aldea a los pies de los Pirineos en Zuberoa (Pais Vasco francés) alcanzará tal calidad interpretativa que ocupará plazas en las mas selectas orquestas de su época. Para su desdicha, arrastra un grave problema

Gilles, procedente del mismo pueblo que Louis, es un joven ambicioso, que ha seguido los mismos pasos en la música que su vecino. La calidad interpretativa que poseé no tiene par. Su compromiso con la revolución y con el partido jacobino, tambalearán sus convicciones cuando deba priorizar entre ser fiel a la ideología o a la música.

Del relato en Viena

Jan, violinista francés, compañero de Louis en la orquesta.

Helga, esposa de Jan.

Hans Brueguel, pintor y amigo

de Louis.

W.A.Mozart, músico, compositor… sobrán las presentaciones.

Emanuel Schikaneder, amigo de Mozart y empresario teatral.

 

 

Del relato en Berrogain

Tresor Berrogain, barón dueño de casi toda la aldea que lleva el nombre de su linaje. Tío de Louis.

Baptiste, primo de Louis, hijo del barón.

Gabrielle, madre de Gilles.

Bernard, padre de Gilles.

 

Del relato del viaje de la orquesta y de Baiona

Antoine, joven clavecinista de la orquesta

Barón de Valier, noble bayonés y conspirador anti revolucionario.

Soulhy, acaudalado comerciante de Bayona y al igual que su amigo el barón de Valier, convencido conspirador contra el orden republicano.

Dupreuil, hombre rico, buen amigo de Soulhy y del barón de Valier. Comparte sus mismas inquietudes.

Monestier, representante del pueblo en la Asamblea de París.

Neveu, representante del pueblo en la Asamblea de París.

Jacques Mazade, representante jacobino bayones.

Del relato en Bilbao y alrededores

José Ramón de Artaza, comerciante importador y exportador. Síndico en el ayuntamiento de Bilbao.

Águeda, esposa de José Ramón de Artaza.

Engraxi, sobrina del matrimonio Artaza. Mujer decidida a hacer valer sus derechos, con un temperamento inquietante para muchos hombres. Apasionada de la música, interpreta al violín.

Joaquin de Munibe, esposo de Engraxi y mayorazgo del caserío Tximintxegane.

Martín, hermano menor de Joaquin de Munibe.

Domingo de Arrieta, mayorazgo del caserío Luzarrealde, vecino del Tximintxegane.

Isabel, hija de Domingo.

Petri, trabajadora doméstica al servicio de Engraxi.

Francisco de Errasti, prior del convento de San Agustín.

Fausto Bildósola, alcalde de Bilbao.

Bautista de Etxeandia, alcalde de Portugalete.

Hernando de Asúa, presbítero de la iglesia de Santiago de Bilbao.

Pedro de Estorqui, maestro de la capilla de música de la iglesia de Santiago en Bilbao.

Benito Migoyo, primer violín de la capilla de música.

Javier Kossat, segundo violín de la capilla de música.

Tomás de Goitia, concejal del ayuntamiento de Bilbao.

General Willot, mando de las tropas francesas que invaden Bilbao.

General Moncey, mariscal y estratega al mando de las tropas francesas en el frente occidental de los pirineos.

Extracto de La Réveuse (Marin Marais) por Jordi Savall